La voz de nuestro cuerpo

Si usted lector, está bajo tratamiento médico, lejos estoy de recomendarle que deje de tomarse sus medicinas, pero sería de vital importancia que comenzara a prestar atención a los mensajes que con sus enfermedades probablemente su ser interior esté queriendo indicarle. Así que cuando aparezca una enfermedad, tenga dolor en alguna parte, o reciba golpes o heridas, antes de decidirse por una cirugía o tomarse un antibiótico, valdría la pena primero tratar de comprender lo que le está queriendo decir su cuerpo. Porque lo maravilloso del caso, es que cuando una persona hace consiente una emoción reprimida por lo general desaparece el síntoma o la enfermedad. A este fenómeno a diferencia de la curación del cuerpo, le llamamos sanación de la persona.

A lo largo de ya varias décadas de investigación y experimentación, se ha podido elaborar un código de interpretación de los síntomas del cuerpo. Es decir, el síntoma es también símbolo y significado. Nuestro cuerpo no sólo es biología, es también historia y autobiografía. Ninguna enfermedad es azarosa o un síntoma aparece porque sí. La enfermedad siempre obedece a una causa, que está generalmente en nuestra conciencia.

Por razones de practicidad no explicaré con detenimiento los procedimientos y procesos que se han podido desarrollar para ayudar a descifrar las emociones reprimidas u ocultas que en un paciente estén generando un cuadro patológico, pero trataré de resumir los principales cuatro pasos de todo proceso de sanación verdadero:

• Encontrar la causa. Nada sucede porque sí. La enfermedad es efecto de una causa que por lo general está en nuestra conciencia. Son las emociones reprimidas con la ira, el resentimiento o la culpa, por alguna experiencia de la vida elaborada por nuestra parte más reactiva o ego, las que causan la mayoría de nuestras somatizaciones.
• Procesar y comprender esa causa. Es la parte más importante del proceso de sanación. Por lo general la enfermedad es la manifestación de un conflicto emocional crónico en nosotros no confrontado ni resuelto. La enfermedad es entonces esa búsqueda inconsciente de querer satisfacer alguna carencia emocional o escapar de algún temor que no somos capaces de confrontar. Procesar esa causa sería, precisamente reelaborarla con una nueva conciencia.
• Perdonar. Es la culminación de todo proceso de sanación. POR LO GENERAL, TODO DOLOR O ENFERMEDAD ES AUSENCIA DE PERDÓN. Y el perdón es el proceso de liberar precisamente esa carga emocional negativa acumulada en nuestro interior y ser capaces de ver con otros ojos esa misma circunstancia de vida, para así recuperar en nuestra alma y en consecuencia en toda nuestra fisiología, la paz interior.
• Escuchar la voz de nuestra alma. Si la enfermedad era un conflicto entre nuestro ego y nuestra alma, precisamente al despejar a nuestra conciencia de este conflicto es que podemos ahora sí escuchar nuestra genuina voz interior. Y esa es la verdadera sanación: estar en la disposición de dejarnos guiar en la vida por la voz de nuestro corazón.

Todos tenemos una genuina guía interna, la que en ocasiones llamamos la voz de la conciencia (a quien representa el conocido personaje pepe Grillo de "Pinocho"). Es la voz de nuestra alma que siempre nos ha querido guiar a nuestra realización. Ella buscará guiarnos quizá al principio con un susurro. Sería esa voz que nos indica que no estamos a gusto con lo que hacemos, en dónde trabajamos. Si no le hacemos caso, esa voz interior tendrá que hablarnos más fuerte. Entonces vendrán las sensaciones de hastío o ansiedad. Vendrá la frustración existencial. Nuestra alma nos estará guiando hacia un cambio radical de vida: de la superficialidad a la integridad.

Si no la escuchas, dale un silbidito, ella acudirá!

Tatiana Jiménez y Miguel Ángel Domínguez

FUNDAVOZ