El buen
uso de los alimentos
En los
últimos 50 años, han ocurrido muchos cambios en la forma como los humanos nos
alimentamos, paralelamente han aumentado las llamadas enfermedades de la
civilización, que afectan a las personas de países en desarrollo. Es posible
que hoy en día nos alimentemos como se alimentan nuestros padres, pero ¿acaso
sabemos cómo se alimentaban nuestros abuelos o bisabuelos?
El
consumo de pan es 5 veces menos que hace un siglo y el que se consume es de
harinas refinadas y tratadas industrialmente. El consumo
de carne se ha multiplicado cinco veces y el de azúcar 15 veces. Los cereales y
legumbres han sido substituidas por cereales refinados, y las conservas,
bebidas gaseosas, enlatados y embutidos han pasado a ocupar un papel importante
en la alimentación, mientras que el consumo de azúcar es de 2 Kg por persona
por año.
Comemos en exceso
La
palabra exceso es la que mejor define la alimentación actual. Estamos viviendo
una época que refleja un hecho propio de civilizaciones en decadencia, existe
una minoría sobre alimentada a expensas de que la mayoría no cubre sus
necesidades vitales.
Exceso de proteína animal
El 75%
de las proteínas ingeridas son de tipo animal. Cuando los abuelos y bisabuelos
no consumían más del 20% de estos alimentos en su dieta, el total de proteínas
consumidas sobrepasan 2 ó 3 veces las necesidades de nuestro organismo.
Para
obtener 1Kg de proteína animal (carne), se requiere producir 16Kg de proteínas
vegetales (granos). El exceso de proteínas animal en la dieta genera las
siguientes enfermedades:
- Ácido úrico, o gota
- Hipertensión arterial
- Cálculos renales y biliares
- Enfermedades reumáticas
- Osteoporosis
- Daño renal
- Cáncer de colon, próstata, mama, estómago, entre otros
Exceso de grasas
Las
grasas representan el 40% de las calorías ingeridas, siendo en nuestro medio el
70% de éstas de origen animal, el exceso
de ingesta de grasas de origen animal trae consecuencias graves como:
- Hipertensión arterial
- Obesidad
- Cáncer de mama y de colon
- Enfermedades cardio vasculares
- Enfermedades cerebro vasculares
Exceso de azúcar
El 25%
de las calorías ingeridas provienen del azúcar de caña o encubierta como
refrescos, salsas, pan y otros alimentos y bebidas. Los peligros del azúcar son
innumerables, entre otros:
- Caries dental (97% de los niños menores de 10 años las tienen)
- Osteoporosis
- Diabetes Mellitus
- Arteriosclerosis y enfermedades cardio vasculares
- Carencias de vitaminas
- Afecciones del sistema nervioso, hiperactividad, estrés, etc
- Obesidad
Exceso de conservas y refinados
La
mayoría de los alimentos producto de la industria alimenticia, están
desnaturalizados, han perdido gran parte de sus vitaminas, minerales y de su
energía vital, contienen aditivos químicos cuyos efectos a largo plazo cada vez
son más evidentes.
La
alimentación saludable
La sola
alimentación no es suficiente para disfrutar de una buena salud, hay otros
factores igualmente importantes como son tener una vida familiar en armonía y
amor, disfrutar del trabajo, amar a nuestros semejantes y conocer y confiar en
Dios o en algo o alguien.
Indicaciones para tener en cuenta
Líquidos: Beber líquidos junto con las
comidas, diluyen los jugos gástricos, en consecuencia la digestión de los
alimentos se dificulta y se reduce el efecto protector contra los parásitos y
bacterias nocivas que entran con los alimentos al tubo digestivo.
Es
conveniente tomar líquidos media hora antes del desayuno, 2 a 3 horas después
de las comidas. Debemos tener en cuenta que para digerir los alimentos se
requieren de 2 a 3 horas , y otras 2 horas para reposar el estómago y para la
renovación de los jugos digestivos. Una vez concluida la digestión, el agua o
líquido que se ingiera contribuye a la limpieza del estómago y de los riñones.
Las
personas activas deben consumir por lo menos 1.5 litros de líquido en el día,
distribuyendo su ingesta en los espacios recomendados anteriormente.
Para el
desarrollo normal del cuerpo humano y para la conservación de la salud, los
alimentos que debe consumir una familia han proveer un nivel adecuado de
carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y celulosa o fibra.
Escogencia de los alimentos
La
mayoría de los elementos nutricionales mencionados anteriormente se encuentran
en los alimentos crudos e integrales. Los granos, como el fríjol, las lentejas,
las legumbres, verduras, hortalizas, frutas, y cereales, usualmente contienen
todos lo elementos necesarios para una dieta balanceada, sana, que aporta todos
los nutrientes necesarios para una persona de cualquier edad.
Dieta mediterránea
La dieta
mediterránea se inició en la antigua Mesopotamia y en el cercano oriente, hace
unos 6.000 años. Estos pueblos colonizaron la cuenca del mediterráneo en medio
oriente, Grecia, islas mediterráneas, etc. En un sentido general, incluye todos
los alimentos propios de una región geográfica en la que tradicionalmente no se
ha podido disponer de grandes cantidades de alimentos, pero en la que éstos se
han utilizado de forma amplia y diversa.
En la
dieta mediterránea predominan las frutas, las hortalizas, los frutos secos, el
pescado, la carne, los cereales, las legumbres, los quesos y finalmente algunos
condimentos como hierbas y especias. De todos modos, lo importante de la dieta
es la proporción en que se ingieren los distintos alimentos.
De la
dieta mediterránea hay que destacar la diversidad de los componentes que la
constituyen, se trata de una forma muy variada de alimentarse, aunque la dieta
mediterránea no es tan ligera como se supone, es más rica en glúcidos que en
lípidos.
La
elevada proporción de proteína de las legumbres, en comparación con la proteína
animal, constituye uno de los aspectos más positivos.
La dieta
mediterránea tradicional se caracteriza por :
La
abundancia de cereales y sus derivados (pasta, trigo o cuscús, cebada, pan
integral y arroz), verduras, legumbres, pescado, fruta y frutos secos.
Aceite
de oliva como principal fuente de gasa.
Moderado
consumo de aves de corral, productos lácteos y huevos.
Pequeñas
cantidades de carnes rojas de manera eventual.
Moderadas
cantidades de vino, consumidas durante comidas.
Ningún
alimento como el cerdo y derivados.
Consumo
de aceitunas, berenjenas, ajo, nueces y semillas en abundante cantidad.
Dicho
todo esto, usted ya cuenta con una guía que, lejos de considerarse una dieta
especial, le aportará lo necesario para su proceso de recuperación o para
mantener su saludable cuerpo, recuerde que un buen consejo siempre vale la pena
seguirlo, acompañe su manera de comer con pensamientos positivos y con una
actitud de vida sana; estamos de paso en la tierra y debemos cuidar el estuche
que alberga nuestra mente y alma, pero esa decisión es personal y solo Usted
puede llevarla a cabo!
Tatiana Jiménez V.
Fundavoz
Con la asesoría del Dr. Ramón
Unzueta Hoffman
Universidad del Valle
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