FUNDAVOZ SALUD Y BIENESTAR PARA PERSONAS CON ALTERACIONES DE LA VOZ Y/O EL HABLA

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martes, 6 de abril de 2010

Boletín N° 3 Abril Año 2010

A relajarse se dijo!

En este mundo tan agitado en el que vivimos actualmente es muy común escuchar hablar sobre el estrés; el término se ha popularizado aun cuando la mayoría de las personas no tiene clara su definición, incluso hay quienes piensan que eso “no es con ellos” sin darse cuenta que es una respuesta natural del organismo a diferentes estímulos y que todos los seres humanos lo vivimos.

El estrés es el resultado de la adaptación de nuestro cuerpo y de nuestro espíritu al cambio que exige un esfuerzo físico, psicológico y emocional. Aun los acontecimientos positivos pueden generar un cierto grado de estrés cuando requieren cambios y adaptaciones.

El concepto de Estrés se remonta a la década de 1930; Hugo Selye, observó que todos los enfermos a quienes estudiaba, indistintamente de la enfermedad propia, presentaban síntomas comunes y generales: cansancio, pérdida del apetito, baja de peso, astenia, etc. Esto llamó mucho la atención a Selye, quien le denominó el "Síndrome de estar Enfermo". Consideró entonces que varias enfermedades desconocidas como las cardiacas, la hipertensión arterial y los trastornos emocionales o mentales no eran sino la resultante de cambios fisiológicos resultantes de un prolongado estrés en los órganos de choque mencionados y que estas alteraciones podrían estar predeterminadas genética o constitucionalmente. El cambio en sí mismo no es una novedad. De hecho, constituye el pilar de la evolución de la humanidad. La innovación consiste precisamente en el ritmo sin precedentes en que se producen los cambios y que inevitablemente repercute en forma significativa sobre la sociedad, la cual no está preparada para enfrentar semejantes cambios en esta secuencia y, por lo tanto, se encuentra entonces a menudo desarmada. El cambio está en todos lados. Afecta profundamente la tecnología, la ciencia, la medicina, las condiciones de trabajo y las estructuras de las empresas, los valores y las costumbres de la sociedad, la filosofía y aún la religión. En realidad, la única constante que sigue persistiendo es, precisamente, el "cambio". Como vivimos en la era del cambio, no debe sorprender que el Siglo XXI se denomine "el siglo del estrés", lo cual exige una adaptación sin precedentes, tanto por parte de la generación mayor como de la joven.

¿QUÉ CAUSA EL ESTRÉS?

En principio, se trata de una respuesta normal del organismo ante las situaciones de peligro. En respuesta a las situaciones de emboscada, el organismo se prepara para combatir o huir mediante la secreción de sustancias como la adrenalina, producida principalmente en unas glándulas llamadas "suprarrenales" o "adrenales" (llamadas así por estar ubicadas adyacentes al extremo superior de los riñones). La adrenalina se disemina por toda la sangre y es percibida por receptores especiales en distintos lugares del organismo, que responden para prepararse para la acción:

Las pequeñas arterias que irrigan la piel y los órganos menos críticos (riñones, intestinos), se contraen para disminuir la pérdida de sangre en caso de heridas y para dar prioridad al cerebro y los órganos más críticos para la acción (corazón, pulmones, músculos), la mente aumenta el estado de alerta, el corazón late más fuerte y rápido, los sentidos se agudizan.

Según Jean Benjamín Stora "el estrés es causado por el instinto del cuerpo de protegerse a sí mismo". Este instinto es bueno en emergencias, como el de salirse del camino si viene un carro a velocidad. Pero éste puede causar síntomas físicos si continua por mucho tiempo, así como una respuesta a los retos de la vida diaria y los cambios, cuando esto sucede, según expertos, es como si su cuerpo se preparara para salir fuera del camino del carro, pero usted está inmóvil. Su cuerpo está trabajando sobre tiempo, sin ningún lugar para usar toda esa energía extra. Esto puede hacerlo sentir ansioso, temeroso, preocupado y tenso.

En condiciones apropiadas (si estamos en medio de un incendio, nos ataca una fiera, o un vehículo está a punto de atropellarnos), los cambios provocados por el estrés resultan muy convenientes, pues nos preparan de manera instantánea para responder oportunamente y poner nuestra vida a salvo. Muchas personas en medio de situaciones de peligro desarrollan fuerza insospechada, saltan grandes obstáculos o realizan maniobras prodigiosas.

Ahora bien el estrés puede ser causado por diversos factores, entre los que podemos señalar: exceso de trabajo, mala alimentación, alteraciones del sueño, excesiva demanda física, factores medioambientales, factores hormonales, reacciones alérgicas, etcétera.

El tabaco es una fuerte toxina. Fumar destruye las células que limpian la tráquea, bronquios y pulmones. Fumar causa enfisema y bronquitis crónica que paulatinamente van asfixiando a la persona. El monóxido de carbono que se encuentra en los cigarros causa una intoxicación crónica. Daña las arterias de tu cuerpo y causa que llegue menos sangre a tu cerebro, corazón y demás órganos vitales. El cigarro aumenta el riesgo de cáncer 50 veces, el masticar tabaco tampoco es saludable. También daña las arterias y tiene el mismo riesgo de cáncer. (El cáncer de la cabeza y el cuello es particularmente asesino). Envenenar el cuerpo con monóxido de carbono, causarte a ti mismo enfisema, bronquitis crónica y daño arterial es una fuente poderosa de estrés.


EL PROBLEMA DEL ESTRÉS


Lo que en situaciones apropiadas puede salvarnos la vida, se convierte en un enemigo mortal cuando se extiende en el tiempo. Para muchos, las condiciones de hacinamiento, las presiones económicas, la sobrecarga de trabajo, el ambiente competitivo, en el caso de los pacientes de FUNDAVOZ, la adaptación a un nuevo estilo de vida con alguna alteración de la voz y por ende la alteración de la comunicación oral y las relaciones interpersonales, etc., son circunstancias que se perciben inconscientemente como amenazas. Esto les lleva a reaccionar a la defensiva, tornándose irritables y sufriendo consecuencias nocivas sobre todo en el organismo:

  • Elevación de la presión sanguínea (hipertensión arterial)
  • Gastritis y úlceras en el estómago y el intestino
  • Disminución de la función renal
  • Problemas del sueño
  • Agotamiento
  • Alteraciones del apetito

El estrés produce cambios químicos en el cuerpo. En una situación de estrés, el cerebro envía señales químicas que activan la secreción de hormonas (catecolaminas y entre ellas, la adrenalina) en la glándula suprarrenal. Las hormonas inician una reacción en cadena en el organismo: el corazón late más rápido y la presión arterial sube; la sangre es desviada de los intestinos a los músculos para huir del peligro; y el nivel de insulina aumenta para permitir que el cuerpo metabolice más energía.

Estas reacciones permiten evitar el peligro. A corto plazo, no son dañinas. Pero si la situación persiste, la fatiga resultante será nociva para la salud general del individuo. El estrés puede estimular un exceso de ácido estomacal, lo cual dará origen una úlcera. O puede contraer arterias ya dañadas, aumentando la presión y precipitando una angina o un paro cardiaco. Así mismo, el estrés puede provocar una pérdida o un aumento del apetito con la consecuente variación de peso en la persona.


SIGNOS Y SÍNTOMAS


El estrés afecta órganos y funciones de todo el organismo. Los síntomas más comunes son:

  • Depresión o ansiedad
  • Dolores de cabeza
  • Insomnio
  • Indigestión
  • Sarpullidos
  • Disfunción sexual
  • Palpitaciones rápidas
  • Nerviosismo
  • Ansiedad
  • Dolor en la espalda
  • Estreñimiento o diarrea
  • Depresión
  • Fatiga
  • Dolores de cabeza
  • Presión arterial alta
  • Insomnio
  • Problemas relacionándose con otros
  • Falta de respiración
  • Tensión en el cuello
  • Malestar estomacal
  • Sube o baja de peso
  • En el caso de quienes tienen ya una situación especial de salud, abscesos de tos incontrolable, etc.
  • El estrés puede causar problemas de salud o empeorarlos si usted no aprende formas para confrontarlo. Es necesario hablar con un doctor para cerciorarse de que los problemas que tiene sean causados por el estrés. Porque también es muy importante analizar pero sobre todo cerciorarse de que sus síntomas no son causados por otros problemas de salud.

ENFERMEDADES POR ESTRÉS


La práctica médica ha constatado por años las enfermedades producto del estrés, los estilos de vida actuales son cada día más demandantes, esto lleva el hombre moderno a incrementar notablemente en mucho sus cargas tensionales y produce la aparición de diversas patologías.

Las enfermedades que sobrevienen a consecuencia del estrés pueden clasificarse en dos grandes grupos:

1. Enfermedades por Estrés Agudo.

Aparecen en los casos de exposición breve e intensa a los agentes lesivos, en situaciones de gran demanda que el individuo debe solucionar, aparece en forma súbita, evidente, fácil de identificar y generalmente es reversible. Las enfermedades que habitualmente observan son:

  • Ulcera por Estrés
  • Estados de Shock
  • Neurosis Post Traumática
  • Neurosis Obstétrica
  • Estado Postquirúrgico

2. Patologías por Estrés Crónico.

La persistencia del individuo ante los agentes estresantes durante meses o aun años, produce enfermedades de carácter más permanente, con mayor importancia y también de mayor gravedad. El estrés genera inicialmente alteraciones fisiológicas, pero su persistencia crónica produce finalmente serias alteraciones de carácter psicológico y en ocasiones falla de órganos blanco vitales. A continuación se mencionan algunas de las alteraciones más frecuentes:

  • Gastritis
  • Dispepsia
  • Ansiedad
  • Accidentes
  • Frustración
  • Insomnio
  • Colitis Nerviosa
  • Migraña
  • Depresión
  • Agresividad
  • Disfunción Familiar
  • Neurosis de Angustia
  • Trastornos Sexuales
  • Disfunción Laboral
  • Hipertensión Arterial
  • Infarto al Miocardio
  • Adicciones
  • Trombosis Cerebral
  • Conductas antisociales
  • Psicosis Severas

¿QUÉ HACER?


Frente a la falta de respuesta al tratamiento físico, el doctor puede recomendar algún tipo de psicoterapia, también puede recetar tranquilizantes, antidepresivos o betabloqueadores como medida a corto plazo; sin embargo, en general el uso de medicamentos no se recomienda como solución a largo plaz y mucho menos el uso de bebidas alcohólicas Es mejor tener siempre a disposición una válvula de escape; por ejemplo:

  • Hacer gimnasia o algún pasatiempo.
  • Tener amigos con quienes compartir tanto lo bueno como lo malo.
  • Aprender técnicas de relajamiento; por ejemplo, yoga, meditación o auto-hipnosis.
  • Evitar el uso de tranquilizantes o alcohol para hacer frente a las situaciones de estrés.
  • No se preocupe acerca de las cosas que usted no puede controlar, como el clima.
  • Haga algo acerca de las cosas que si puede controlar.
  • Prepárese lo mejor que pueda para sucesos que usted sabe que pueden ocasionarle estrés.
  • Esfuércese por resolver los conflictos con otras personas.
  • Pídale ayuda a sus amistades, familiares o profesionales.
  • Fíjese metas realistas en su casa y en el trabajo.
  • Haga ejercicios.
  • Medite.
  • Abandone las actividades diarias que le causan estrés con deportes en grupo, eventos sociales y pasatiempos.
  • Trate de ver un cambio como un desafío positivo, no una amenaza.
  • Aliméntese de manera adecuada para su edad y su desempeño diario.

No existe una fórmula sencilla e infalible que pueda "curar" el estrés. Se requieren acciones diversas que permitan reducir las situaciones de sobrecarga. Para ello puede ser necesario: "reaprender" a realizar las tareas cotidianas del hogar o el trabajo:

Establecer prioridades claras.

Delegar responsabilidades.

Aprender a decir NO a los compromisos que no se pueden cumplir.

Hacer bien y pronto lo que se puede hacer y olvidarse por completo de lo que no se puede.

Asumir los grandes retos como secuencias de pequeños pasos.

Además, existen formas de contrarrestar los efectos nocivos del estrés, como el ejercicio físico regular y las técnicas de relajación.

El ejercicio habitual es especialmente útil, pues proporciona una forma de escape para la agresividad y la tensión, mejora el funcionamiento cardiovascular y genera un estado placentero de relajación después de cada práctica.

La relajación es conveniente para aliviar el estado de tensión muscular que ocurre inconscientemente durante el estrés. Los músculos, especialmente cervicales (de la nuca) y lumbares (de la cintura), se contraen en forma prolongada y generan dolor. Este dolor produce incomodidad y dificulta el desempeño de las tareas, generando más estrés.


Por último les dejo esta reflexión: una persona puede ser exitosa y ganar millones de euros, pero si no sabe relajarse su vida puede ser un infierno...


Tatiana Jiménez V.

FUNDAVOZ

Con los derechos de autor de Reynaldo Alonso Gaeta, autor monografía sobre el estrés.

2 comentarios:

Juan dijo...

Hola Tatiana, soy Juan, he leído tu voletín. Es un tema siempre interesante y siempre presente. Ya escribí en mi blog que algunas molestias en el estoma se las achaco a momentos de tensión, de estrés.
Hace muchos años escuché en la radio una entrevista con una persona hablando de la respiración, de lo importante que es para la salud y sobre todo para la recuperación. Me quedé con lo más elemental y creo que puede servir para tu comentario.
Se trata de que en momentos de tensión hacer uso de la respiración de modo controlada. Concretamente se trata de aspirar el mayor aire posible y retenerlo en los pulmones el mayor tiempo posible y después expulsarlo suavemente. Y así dos o tres veces. El aire llega a sitios donde nomalmente no llega bien y la sensación de bienestar es muy grande.
Yo lo suelo hacer con cierta frecuencia y se agradece.
Gracias apor el valetin y por todo lo demás que haces por el grupo.

Fundavoz dijo...

Gracias a tí Juan, si yo también leí tu artículo sobre el estoma y los ataques de tos que muchas veces son a causa del estrés entre otras molestias, tienes mucha razón con lo de la respiración, está comprobado que los humanos usamos menos del 60% de nuestra capacidad respiratoria, la idea es poner a funcionar los pulmones y el corazón, ese tipo de respiración que mencionas ayuda mucho y al tiempo te relaja y te hace entrar en un estado mental mas claro y el ejercicio que como bien sabes tú con lo del ciclismo te aumenta el ritmo cardíaco y respiratorio y libera muchísimo estrés, vaya que compartimos muy buenos consejos!!! Taty